Exposiciones

Marta Serna

22 Sep. 2023 / 10 Nov. 2023

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Hemos venido para quedarnos….
El título de la exposición toma como referencia un exitoso dispositivo de
escaparate “The Vanishing Lady”, creado en 1898 por Charles Morton para unos
grandes almacenes de Sacramento. Muy celebrado en 1900 por Frank Baum (autor
del Mago de Oz) en un libro dedicado a escaparates. En él, el busto de una mujer
viva que aparece sobre un pedestal, luego parece desaparecer dentro de él, sólo
para reaparecer con un nuevo atuendo.

El nombre que se le da a esta ilusión de vitrina, hace referencia a uno de los
trucos más famosos de la magia escénica, La Femme Enlevée, llamado en inglés
The Vanishing Lady, creada en 1886 en París por el Mago Buatier de Kolta,
retomado en Londres por Charles Bertram y presentado en todo el mundo por
otros magos como Dr. Lynn, Adolph Seeman y retomado por Meliés en 1886.
Hacer desaparecer a la mujer de diversas formas es un tema recurrente a partir
del siglo XIX , y su expresión se representa en diversos medios como la magia
escénica, el escaparatismo, o el cine…Dentro del mundo de la magia, el
espectáculo y la fantasía ésta realidad se materializa en la creación de trucos
como “La media mujer”, “La cabeza parlante”,”La princesa decapitada”,”La sirena
viviente”, “La mujer aserrada”,”La Esfinge”, “La ninfa de agua”, “Thauma”,y como
no, nuestra “Vanishing lady”.

Reducidas a objetos decorativos, haciéndolas desaparecer o reaparecer a
voluntad, el ilusionista pretende demostrar su poder sobre ellas. Al
desmaterializarlas y descorporeizarlas las reducen al rango de espíritus y
misterios insondables.

En la 2ª mitad del XIX, las mujeres se convirtieron al mismo tiempo en “objeto de
consumo” visual de los paseantes masculinos y , como paseantes femeninas, en
alimento de la fantasmagoría producida respecto a ellas en las vitrinas de los
grandes almacenes, que les ofrecían simultáneamente “un lugar seguro” para el
consumo, alejado de la concupiscencia masculina.

Según Anne Friedberg el diseño de la vitrina por Baum de la instalación The
Vanishing Lady, se basa en una “analogía manifiesta” con la pantalla de cine
_la vitrina delimita un cuadro, al ponerlo detrás de un cristal y hacerlo inaccesible
suscita el deseo…sucede al espejo como lugar de construcción de identidad y
luego gradualmente se traslada e incorpora a la pantalla de cine.
En ésta muestra, el prefijo -UN- invalida la carga de Invisibilidad femenina, y
dinamita la idea de representación sistemática a lo largo de la historia y de mil
formas distintas de hacer desaparecer a la mujer, como individuo o como
concepto.

Aquí, nuestras UN-VANISHING LADYS, no desaparecen. Su atuendo no es
decimonónico. Pueden moverse a su antojo y sus vestiduras son adecuadas para
la acción. No necesitan ser salvadas y tampoco son Naranjas Mecánicas. No son
mujeres escaparate y se desvinculan de la masa como ornamento. Su equilibrio
radica en la fuerza como grupo y su perfección en la disidencia y la asimetría del
conjunto.

Son guerrilleras urbanas que han venido para quedarse. Son auténticas, salvajes,
lúdicas, invencibles…representan lo temido, lo incontrolable, lo innombrable.
Dinamiteras de un sistema caduco, próximo a la extinción.

Con su atuendo AnarcoRetroFuturista, situadas en una suerte de realidad
distópica o -no lugar- donde la injusticia y la agresión pudieran ser combatidas
solo con una teatralización lúdica de la violencia, juegan a pulverizar símbolos que
pertenecen al pasado y al sistema patriarcal. En las escenas presentadas de
dibujo, instalación y videoanimación, su estrategia de juego es subversiva.
UN-VANISHING LADYS es un manifiesto de Visibilidad y Permanencia. Son las
mujeres Anti-Fantasma que han venido a materializarse y a crear su propio
Cabaret.