Las obras más recientes de Marina Núñez se exponen en Bilbao por primera vez.
Mariña Nuñez (Palencia, 1966) estudió Bellas Artes en la Universidad de Salamanca, es Doctora en Bellas Artes por la Universidad de Castilla-La Mancha y trabaja como Profesora Titular de Pintura en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, Universidad de Vigo. Presente en el panorama artístico desde principios de los noventa, su obra se ha visto en numerosas muestras individuales y colectivas en España, Amsterdam, París, México, Bruselas y San Francisco. Entre otras destaca “La locura”, celebrada en 1997, en el Espacio Uno del Museo Reina Sofía de Madrid.
La artista es conocida por series como los “Ciborgs”, con sugerentes fantasías entorno a los organismos cibernéticos de tecnología avanzada, la de las monstruas o la de sus mujeres locas inspiradas en Charcot y otros conjuntos con imágenes siempre inquietantes para el espectador. La mayor parte de sus trabajos están relacionadas con la figura femenina, con asuntos que tratan sobre la identidad humana, los límites corporales o la ambigüedad sexual.
Marina Núñez replantea las imágenes creando situaciones insólitas y paisajes inquietantes dotados de una gran potencia plástica. Para realizar las composiciones utiliza interesantes procedimientos técnicos y de representación, mezclando el dibujo y la pintura con los métodos de producción electrónica y digital de la imagen. Para la artista “cada medio comporta unas especificidades sintácticas, pero también unas especificidades semánticas”.
Dentro de su particular imaginería cibernética, en la que abundan las deformaciones manieristas, algunos de los trabajos actuales presentes en Marzana están centrados en la visión y en las expresiones de la mirada; con una especial atención a los ojos y la aparición de sucesivos iris. En su obra la artista indaga en la identidad del ser humano contemporáneo sometido a constantes alteraciones. Hoy en día el individuo debe adaptarse continuamente a nuevos condicionamientos, a nuevos entornos y situaciones que exigen que su constitución sea flexible, múltiple y capaz de transformarse para subsistir. Muchos de estos cambios proceden en gran medida del desarrollo tecnológico, lo que lleva a Marina Núñez a reflexionar sobre la incidencia de la tecnología en el hombre. La artista se aleja de la noción de identidad como un conjunto rígido de características esenciales y predeterminadas, y apuesta por una definición metamórfica del individuo, como una suerte de performance que se construye en las prácticas cotidianas y las interacciones sociales. Es una identidad que carece de naturaleza propia, independiente de los accidentes que la constituyen.
Del 14 de Diciembre al 5 de Febrero de 2008