Es “La Fábrica de Hombres” el título escogido por la artista Miriam Ocáriz para ésta su segunda exposición en Espacio Marzana. Y quizás es un buen comienzo para entender las imágenes que encontramos allí expuestas. Ya conocemos de sobra sus aportaciones al mundo de la moda y sobre todo de la moda femenina. Es por ello que en ésta ocasión, el protagonista no es otro que el hombre. Pero aún con el sistema de trabajo procesual y en cadena al que obliga la moda, se trata de un nuevo taller. Un taller inventado para su propio goce, que le ofrece la posibilidad exclusiva de crear hombres en cadena. Una práctica que tiene su comienzo en ésta exposición y que seguramente se alargará en el tiempo hacia un proyecto diferente.
Si el espectador esperaba encontrarse con prendas y tejidos, su lectura ha de ir más allá, a los orígenes de todos aquellos; los dibujos. Una primera mirada nos sorprende gratamente con los dibujos que cuelgan sobre la pared negra. Un serie de rostros masculinos en diferentes tamaños y formatos que se esparcen muy sutilmente por ese paño oscuro. Miradas y gestos que con suma delicadeza nos retan con sus grandes ojos y se convierten en imanes que no podemos dejar de mirar.
Sorprenden especialmente los hombres “consumibles” realizados en papel de fumar. Su liviandad en la transparencia los hace especialmente atractivos cuando se presentan a modo de lámpara de donde cuelgan sus rostros. Me gusta pensar en el hecho de que sean parte de una producción para el consumo propio, pero a la vez personales y únicos en su esencia. Quizás me recuerdan a aquellos primeros retratos en monedas de los persas que tenían ese afán de uso, de tocamiento un tanto perverso. En esta ocasión, ese roce, ese sentir el tacto se efectúa casi en el momento en el que entramos en la sala y con nuestro movimiento ingenuo hacemos que las imágenes adquieran vida y se muevan en un baile de luces a modo de lámpara.
Y mientras bailamos las imágenes, un amante espera ser vestido. Una camiseta de impresionantes dimensiones cuelga desde el techo y cae a nuestros pies. Un tejido ligero donde un dibujo nos presenta una escena de nacimiento, de ruptura y enlace. Es la imagen de ese ser querido que espera recoger su vestidura para llevarnos a lo alto de una torre.
Itxaso Mendiluze
Licenciada en BBAA y Diplomada en Diseño de Moda en 1992, Miriam Ocariz orienta su carrera profesional hacia la Moda. A finales de los 90 funda su propia marca, llegando a ser durante años una de las firmas habituales en las pasarelas Gaudi Barcelona y Cibeles Madrid. Paralelamente, ha expuesto su obra gráfica en varias galerías de arte, siendo “La fábrica de hombres” su segunda exposición en Espacio Marzana de Bilbao.