Esta exposición nace de un acto de amor.
Entrar en ella es asomarse a la historia compartida de dos amigas a lo largo de un año.
«Hay algo inquietante en la idea de poseer imágenes. Hay algo esencial en la naturaleza del artista que tiene que ver con el deseo de compartir. Veo algo y quiero contarte qué es aquello que he visto [...] En realidad, es simple.»
Eso dice Robert Longo y, sí, podría ser simple. Pero ¿cómo guardar la coherencia entre imágenes que forman parte de dos biografías distintas aunque estrechamente vinculadas? ¿Y cómo hacerlo atravesando momentos vitales aparentemente contrapuestos?
Esta exposición presenta una conversación entre dos creadoras sobre la propia vida y sobre cómo ésta se experimenta cuando algunos momentos del día a día conmocionan hasta el punto de desencadenar el deseo de compartirlos en todo su esplendor.